Mientras que el primer semestre se caracterizó por precios relativos relativamente estables, el segundo explica la preocupante situación actual de las relaciones precio-costo.
En el primer semestre de 2020 el precio de la leche subió 5,7%, un número que suena a poco en un país con tanta cultura inflacionaria.
Sin embargo ese aumento fue superior al 4,8% de la inflación mayorista, el 1,9% del maíz y el 0,3% de la soja. Solo fue superado por un 15,9% de devaluación del dólar oficial.
Todo cambió en el segundo semestre. A pesar de que el precio de la leche aumentó 17,0% en ese período, el dólar subió 18,8%, la inflación mayorista 27,2% y el maíz y la soja 76,9% y 79,6% respectivamente.
Finalmente, cuando se analiza el año completo, la leche subió 23,8%, el dólar 37,7%, el maíz 80,3% y la soja 80,1%.
El tambo venía de un muy buen segundo semestre de 2019 que dada la estabilidad de los precios siguió durante los primeros meses de 2020 a pesar de que los aumentos en el precio de la leche eran leves, eso explica los buenos resultados de las gestiones 19-20. Seguramente las gestiones 20-21 mostrarán resultados muy distintos.